La primera. Son unas hormigas grandes, alrededor del centímetro, negras. No se que forrajean o cazan, pero sí sé que acudieron a esta piel de sandía como locas. Habitan en una zona de jardines abandonados en las afueras de una población.
La segunda especie es casi todo lo contrario. Minúsculas, alrededor de un milímietro, rojizas aunque con el gastro más oscuro. Son bastante abundantes, al menos por aquí. Pude ver el vuelo nupcial en muchos de sus hormigueros hará cosa de un par de semanas. Las reinas vírgenes son mucho más grandes que las obreras. Atacan a otros insectos. De hecho las vi atacar y matar a una de las grandotas de arriba que se metió donde estaban ellas comiendo sandía. He observado que las messor también las evitan.
Al ver las fotos en el ordenador me he fijado en que aparece una cabezona, una major guerrera que a simple vista, por supuesto, no detecté.
El truco de la sandía, para fotografiar hormigas en estado salvaje, es ideal. Se quedan como en éxtasis, totalmente inmóviles. Me imagino que funcionará igual cualquier otro trocito de fruta dulce.
Tengo varias especies más para identificar en esta zona que llevo siguiendo desde hace un tiempo. A ver si hay suerte y voy poniendo más. Hasta ahora no he tenido cámara, pero ahora me voy a hinchar. Tengo identificadas, sin nombre, como 20 especies de hormigas, en un rincón de un patio de un instituto de bachillerato. ¡Menuda biodiversidad!
Gracias anticipadas a todos.
