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Según un nuevo estudio, dos tipos de hormigas del grupo que incluye las hormigas carpinteras, además de las que comúnmente marchan en hileras a través de los jardines, sirven como fuente de veneno para ciertas ranas venenosas.

Las hormigas son insectos que generan alcaloides, poderosos sustancias que pueden producir efectos fisiológicos en humanos y animales.

El estudio, publicado en el número actual de Proceedings of the National Academy of Sciences, presenta la primera evidencia de la existencia de alcaloides en las hormigas de la subfamilia Formicinae.

La ranas venenosas son capaces de comer las descargas de toxinas que genera el insecto y tienen la habilidad de concentrar los alcaloides de estas hormigas en sus cuerpos y más que nada en su piel.

Las ranas estudiadas pertenecen a la familia de los dendrobátidos, un grupo al que se le llama comúnmente "ranas venenosas de dardo" (poisonous dart frogs), que son las ranas que utilizan los indígenas Emberá y Chocó para envenenar los dardos que disparan con sus cerbatanas.

Una de estas ranas, Phyllobates terribilis, de la selva húmeda colombiana, está considerada como el animal más tóxico del mundo. Lleva suficiente veneno como para matar a 20.000 ratones o 100 humanos.

Para el estudio, sin embargo, los investigadores se centraron en una rana de Panamá, un poco menos venenosa pero con parentesco con Phyllobates terribilis. Allí el equipo juntó cerca de 180 ranas y analizó el contenido de sus estómagos, que estaban llenos de hormigas formícidas Brachymyrmex y Paratrechina.

Según los investigadores, la presencia de esos insectos portadores de veneno en el ambiente de las ranas, combinado con los resultados de los contenidos de los estómagos, indica que las hormigas sirven como fuente de toxinas para las ranas venenosas de Panamá que fueron estudiadas.

Fuente: http://axxon.com.ar